CARNAVALES DE COLORES EN RAFAL

Los carnavales es más que una fiesta. Es una sonrisa, un gesto y una manera de entender la vida. Reírse de uno mismo junto a los demás deshace las diferencias y nos hace libres. Todos los carnavales tienen su particularidad y su semejanza. Los hay con arte como los de Cádiz y con glamour como los de Tenerife. Música, disfraces y humor nunca faltan en ninguno. Pero lo que hace peculiar al de Rafal es su gente. El de la localidad celebrado el pasado sábado fue un éxito de participación. El tiempo primaveral del mes de febrero acompañó a los vecinos del municipio en una fiesta en la que los colores de los trajes y la música fueron protagonistas en una gran tarde carnavalera. Cientos de personas acudieron a la Plaza de España para disfrutar de un desfile que recorrió parte de las calles del pueblo y que no dejó indiferente a nadie. Padres y madres acudieron a la cita junto a sus niños, que desde bien pequeños disfrutan de esta fiesta, que ya es parte de los rafaleños.

Vecinos de la localidad vestidos de piratas

Jóvenes durante el desfile de carnavales

Los más pequeños fueron vestidos con trajes de diferentes motivos como Spiderman, princesas o payasos. Sin embargo los mayores también se sumaron a la fiesta más desenfadada del año. Estos fueron vestidos de rockeros y de piratas. Además varias madres llevaron los carricoches con sus bebes. Y es que en esta fiesta se empieza desde muy temprana edad. Muchos fueron los que se disfrazaron para esta ocasión, ya que nadie quiso perderse una gran fiesta de carnaval. La música comenzó a sonar y a partir de las cinco de la tarde dio comienzo el desfile por las calles del pueblo, a ritmo de canciones actuales y otras. Los vecinos bailaron y rieron durante todo el recorrido y, además,  al finalizar el desfile todos disfrutaron de una chocolatada con mona y bizcocho en la plaza.

Un año más el desfile de carnaval no dejó indiferente a nadie y ya es una fecha clave, anotada en el calendario de los rafaleños. Más que un divertimento es una manera de entender la vida y de desquitarse de los problemas cotidianos. Algo que entendieron en Rafal hace tiempo y que con los carnavales se demuestra que por un día hay que vivir el presente y desquitarse. O por lo menos intentar que a partir de esa fecha todo el año sea carnaval.