La Graná de Rafal volverá a abrirse en 2022

Después de tres años en los que las inclemencias del tiempo y la pandemia producida por el Covid-19 han impedido llevar a cabo la celebración más característica de la Semana Santa rafaleña, la mejora de la situación sanitaria, junto con la rehabilitación del arco de la Graná, muy deteriorado a causa de las inundaciones producidas por la DANA de 2019, volverá a la calle Mayor del municipio en la mañana del Domingo de Resurrección.

Ese será el escenario en el que la imagen de la Virgen del Rosario se reencontrará con su hijo, convirtiendo a Rafal en la cuna de la Resurrección de la Vega Baja y concluyendo así la Semana de Pasión. Un acto de gran sentimiento para todos los vecinos y vecinas, que viven este momento con gran emoción al ser una de las tradiciones más populares y queridas. Es también una de las más arraigadas, al contar con más de 100 años de antigüedad desde el momento en que la “tía Corra” trajera a la localidad este arco tan especial, que ejerce de umbral entre la vida y la muerte.

El encargado de este trabajo de restauración ha sido el almoradidense y graduado en Bellas Artes Pablo Follana. Se hubo que proceder a la limpieza y al lijado de la pieza para poder recuperarla, además de retirar la madera estropeada para sustituirla por madera nueva, además de proteger su interior con un tratamiento fungicida y endurecedor. Una de las partes más importantes de esta rehabilitación ha sido dotar de un significado y de una narrativa a todas las partes que lo componen, implementando una simbología en cada uno de los elementos que lo conformar. Esta circunstancia permite realizar una lectura ordenada de la pasión y muerte por un lado y de los eventos posteriores a la resurrección por el otro, todo ello enmarcado en un paisaje que refleja las características del entorno de Rafal.

El elemento central de esta pieza, la Graná, también ha sido restaurada por el jubilado Antonio Mora, vecino de Rafal y antiguo jefe de mantenimiento del Ayuntamiento. El material de cartón piedra del que estaba conformado anteriormente ha sido sustituido por un armazón de hierro, forrado con madera y materiales ligeros. También ha sido necesario cambiar las figuras de los ángeles y el niño Jesús que se encuentran en su interior, traídos desde la ciudad de Sevilla.

Sus colores restaurados, y a la vez, el homenaje a las figuras y escenas que han adornado este arco durante toda su tayectoria, simbolizan con esta renovación una nueva etapa en la que continuamos avanzando, y en donde lo antiguo deja paso a lo nuevo; siempre sin olvidar lo anteriormente vivido e interiorizándolo como lo que es: parte de nuestra historia.